La formación docente en la sociedad líquida
Nadie pone en duda la importancia vital de la formación inicial y continua en el perfil profesional del profesorado. Esta necesidad se multiplica con la llegada y mantenimiento de la llamada Sociedad Líquida. En un entorno en constante movimiento, todos los conocimientos adquiridos en momentos previos resultan relativos en la actualidad, e inciertos en el futuro. Por lo tanto, en una profesión asociada al conocimiento como es la del docente, parece fundamental proveer y mantener un desarrollo profesional docente continuado, rico y amplio.
Por lo tanto, hoy en día no se esperan profesionales completamente terminados en su formación inicial, sino que el perfil de profesores y profesoras deben ir siendo modulado a lo largo de toda la carrera profesional. Fruto de lo anterior surgen los importantes esfuerzos de las instituciones públicas nacionales, autonómicas y regionales en materia de formación de su profesorado.
De hecho, los análisis realizados en el marco de este proyecto han facilitado recabar evidencias bastante claras al respecto. Se observa claramente cómo, ante entornos escolares en los que el profesorado alcanza unas características muy orientadas a la alta eficacia, la mera existencia de una plantilla de profesoras y profesores poco comprometida con el desarrollo profesional docente puede poner en riesgo la eficacia escolar.
Por otro lado, en las escuelas en la que existe una plantilla estable, con experiencia profesional contrastada y con unos niveles aceptables de satisfacción docente, el nivel de formación del profesorado, tanto la inicial como la vinculada al desarrollo profesional, destaca como un factor protector de la eficacia escolar.
Principales resultados obtenidos
A partir de los análisis realizados, después de los señalado anteriormente, se han obtenido los siguientes resultados en torno a la formación docente:
- La falta de compromiso del profesorado de un centro con el desarrollo profesional docente y la formación continua es una característica habitual en los centros de baja eficacia, incluso cuando existen en el centro múltiples factores protectores de la eficacia escolar.
- Se debe promocionar la participación regular y voluntaria del profesor en programas desarrollo profesional del ámbito concreto en el que tenga un mayor interés.
- Mientras que los centros eficaces cuentan con profesorado más implicado en su formación continua, no se detectan temáticas específicas que promocionen en mayor medida a la eficacia escolar.
- No obstante, exigir al profesorado formar parte de programas de desarrollo profesional parece limitar el efecto positivo sobre la eficacia escolar de la propia formación permanente.
- La pertenencia por parte del profesorado a redes docentes formales o informales sobre las temáticas en las que tiene un mayor interés protege la eficacia de la propia escuela.
- Los centros educativos en los que buena parte del profesorado ha cursado formación docente inicial, ya sea académica o vinculada a la práctica, tienden a asociarse en mayor medida a la eficacia escolar.
- Los centros en los que alguno de sus profesores ha obtenido el título de doctor tienden a asociarse a la alta eficacia, incluso en entornos con muchos factores de ineficacia presentes.
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